El objetivo del proceso logístico es proveer los niveles de
servicio requeridos por los clientes de manera eficiente (con los mínimos
costes) y eficaz (cumpliendo los objetivos de servicio).
Así pues, los procesos logísticos soportan el crecimiento de
la empresa sirviendo los pedidos a los clientes cuando éstos lo quieren,
completos, sin roturas físicas, manteniendo el nivel de servicio de manera
constante. Cuando los clientes aprenden que sus proveedores pueden proporcionar
lo que ellos quieren, cuando ellos quieren y como ellos lo quieren, perciben
valor añadido en estos proveedores y no tienen inconveniente en hacer negocios
futuros con ellos.
Sin embargo, el mantener clientes satisfechos no es el único
objetivo de los procesos logísticos: impactan tanto en la cuenta de resultado
como en el balance de la empresa.
Por una parte, cuanto mejores y de más calidad son los
servicios prestados por los procesos logísticos, mayores son los precios que
los clientes están dispuestos a pagar por ellos. De esta manera, el beneficio
de la empresa se ve afectado por la calidad de los mismos.
Por otra parte, una gestión logística eficiente afecta a
varios conceptos de balance, como por ejemplo:
- · Se pueden disminuir los stocks de producto acabado, con lo que se libera capital y se genera cash flow.
- · La reducción del tiempo en la entrega y la reducción de errores en la facturación hace que las reclamaciones de los clientes disminuyan, con lo que se reduce el tiempo de pago y se incurre en menores costes financieros.
- · La reducción de stocks de materia prima mediante una planificación más precisa libera también capital invertido en stocks.
Presencia, José. Calidad total y logística (2a. ed.), Marge Books, 2004.
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